9 de octubre de 2006

trilogía de la glaciación

He estado viendo estos días las tres primeras películas del director austriaco Michael Haneke (a las que él una vez medio en broma apodó “Trilogía de la glaciación”), me he sumergido como nunca antes en su estilo, en las primeras manifestaciones de ese estilo inconfundible que estaba ya en sus principios tan definido, hay que tener en cuenta que Haneke dirigió su primera película cuando tenía 57 años. Su control de la mente del espectador me ha impresionado siempre, su conciencia de lo que el espectador está pensando y esperando en cada instante. Su estilo es lento y descompuesto, diríamos: el va a lo suyo y tu verás si quieres seguirle. Es otro de esos cineastas que hacen películas en las que parece que no pasa nada. Siento un gran placer viendo sus películas, perdiéndome en ellas. El pack que he podido ver contiene también unas entrevistas con él, magníficas. En ellas dice cosas tan sabias como que en el cine la imagen es el terreno de lo real y el sonido el terreno de la fantasía, en sus películas esos dos terrenos se separan y se completan. También dice que el cine, cualquier arte dramático, debe ir (y siempre ha ido) a contracorriente, denunciar algo de lo que va mal; a pesar de la frialdad de su estilo él cree estar haciéndolo de una manera optimista porque las cosas podrían ser mejores de lo que son.